Las organizaciones, las instituciones y el resto de sistemas sociales como comunidades o familias funcionan como funciona la persona individual, como un conjunto integrado. Cada parte tiene su lugar y necesita estar conectado, en retroalimentación, con el resto desde una consciencia de un todo a través de una subordinación activa al servicio de ese todo. A menudo estos sistemas se fragmentan, se desconectan de partes de ellos, pierden ese sentido de totalidad y, entonces, enferman. Pierden la capacidad de conectarse con la energía necesaria para abordar sus tareas y dejan de regenerarse y crecer.
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LA SALUD DE NUESTROS SISTEMAS SOCIALES: FAMILIAS, ORGANIZACIONES, INSTITUCIONES Y COMUNIDADES IV Symposium Médicos y Sanadores Donostia/San Sebastian 27/06/2015 |